Hasta ahora nos hemos desplazado muy poco, tan sólo media vuelta de rueda en vaivén. En esta fase empezaremos a movernos más. Para ello necesitaremos un largo espacio junto a una pared, donde seguiremos estas pautas:
- Subimos al monociclo, junto a una larga pared, sentados bien derechos y mirando al frente.
- El pie dominante abajo y el izquierdo arriba.
- La mano izquierda apoyada en la pared lo mínimo posible.
- La mano derecha inicialmente puede estar en el agarre pero, según ganemos confianza, debemos movernos con los brazos en cruz. Esto nos ayudará a mantener el equilibrio.
- Nos inclinamos ligeramente hacia delante, sin doblar la espalda. Esto hará que la rueda retroceda.
- Al retroceder, el pedal que estaba más abajo subirá delante de nosotros. Pisaremos este pedal y esto nos lanzará a iniciar la marcha.
- Mantendremos la inercia de esta primera pedalada, llevando el peso del cuerpo ligeramente inclinado hacia adelante.
- Debemos mantenernos derecho, mirando al frente, imaginando que una cuerda nos arrastra del pecho y nosotros remolcamos el monociclo desde la cadera.
- Con la práctica y a medida que ganemos velocidad, sentiremos la necesidad de detener la marcha, dar una pedalada hacia atrás y volver a pedalear hacia adelante. Esto nos ayudará a lograr el equilibrio de nuestro cuerpo encima del sillín. Similar a mantener un palo derecho en la mano.
- Al llegar al final de nuestra pared ó después de recorrer unos diez metros, deberemos dar la vuelta y cambiar la mano de apoyo. Así evitaremos la costumbre del continuo apoyo en un mismo lado.
- Para ayudarnos a dar la vuelta, podemos apoyar ambas manos en la pared.
- Repetimos el proceso en el otro sentido:
- Retrocedemos un cuarto de vuelta de rueda
- Arrancamos
- Mantenemos la inclinación pedaleando
Haremos esta fase todos los días, hasta conseguir hacer 10 paseos de ida y vuelta, sin caer.
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